Por qué comer con el sol es tu nuevo mejor amigo
¿Estás listo para descubrir algo que es incluso mejor que la última crema antiarrugas? Es gratis, por supuesto, y ni siquiera tienes que hacer cola en la farmacia. Estoy hablando de… ¡comer durante la luz del día!
Sí, lo leíste bien. Comer durante la luz del día. Tal vez estabas soñando despierto con una cena romántica por la noche. Aunque no hay nada de malo en una cena romántica, y ciertamente no quiero desanimarlo, ¡es mejor comer durante la luz del día!
¿Por qué?
La luz solar afecta a las hormonas del hambre de manera sutil, la leptina y la grelina. Imagina la leptina como tu mejor amiga que dice: «Cariño, ya has tenido suficiente», y la grelina como esa voz molesta que siempre dice: «¡Come otra galleta, te lo mereces!» Más luz solar significa más leptina y menos grelina, lo que en realidad significa que tendrás menos tendencia a saquear la nevera por la noche.
¿Significa esto que siempre debes comer al aire libre? No necesariamente. Pero es muy importante que recibas suficiente luz del día y que tus comidas se consuman durante el día tanto como sea posible.
¿Por qué suficiente luz solar?
¿Sabías que esa gran bola amarilla en el cielo, también conocida como sol, no solo mejora tu estado de ánimo, sino que también aumenta tus niveles de vitamina D? La luz solar es tu proveedor de vitamina D y la vitamina D actúa como tu Entrenador Personal Metabólico.
La vitamina D juega un papel en la regulación de la sensibilidad a la insulina y en el mantenimiento de un peso saludable. Las investigaciones han demostrado que un nivel adecuado de vitamina D en el cuerpo está relacionado con una mejor sensibilidad a la insulina y un menor riesgo de obesidad. Los estudios muestran que la falta de vitamina D puede llevar a un aumento en el almacenamiento de grasa y a una disminución en la quema de energía.
¿Quién hubiera pensado que la luz solar no solo proporciona un bronceado agradable, sino que también puede ser mejor para tu cintura que la última dieta?
La Gran Magia de la Melatonina
La luz del día afecta la producción de melatonina, la hormona del sueño que determina si dormirás como la Bella Durmiente o como un búho nocturno. La luz del día ayuda a tu cuerpo a mantener la melatonina equilibrada, para que puedas dormir bien por la noche y no parezcas un zombi durante el día buscando café.
Y como probablemente sepas, cuando no duermes lo suficiente, parece que tu cuerpo está suplicando dulces y grasas en lugar de una ensalada fresca y saludable. Es probable que termines picoteando las cosas equivocadas.
Por lo tanto, cuando aprovechas al máximo la luz del día, tu cuerpo producirá la cantidad máxima de melatonina por la noche, asegurando que duermas bien, te despiertes renovado y tu cuerpo solo desee alimentos saludables. ¡Qué maravilla, ¿verdad?
Ritmo en tu vida (y digestión)
Nuestro cuerpo es como un reloj. Cuando comemos durante la luz del día, nuestra digestión funciona mejor. Evolutivamente, estamos programados para la luz. Una buena digestión significa menos posibilidad de hinchazón después de una comida. Comer durante el día, cuando el cuerpo está naturalmente activo, es más beneficioso para la digestión y la absorción de nutrientes que tarde en la noche.
Entonces, digamos que no debes retrasar tu cena hasta que empiece tu telenovela favorita.
Consejos para la práctica
- Planifica tus comidas con el sol: Intenta consumir tu desayuno, almuerzo y cena cuando esté claro afuera. Y no, la luz de tu televisión no cuenta como luz del día.
- Ejercítate al aire libre: Combina la luz del sol con una caminata o paseo en bicicleta. Es como hacer varias cosas al mismo tiempo, pero para tu salud.
- ¿Tristeza invernal? No hay problema: Si el sol se esconde en invierno, considera la terapia de luz o un suplemento de vitamina D.
- Escucha el reloj de tu cuerpo: Evita comer cuando normalmente estarías durmiendo. A menos que seas un vampiro, pero entonces necesitaríamos tener una conversación completamente diferente.
Entonces, abraza el poder del sol y disfruta de tu comida cuando esté claro. Quién sabe, tal vez este sea el secreto para volver a entrar en esos jeans antiguos. ¡Salud por el sol, hábitos saludables y menos aventuras nocturnas con la lata de galletas!
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